Para que sepas que soy consciente de mis actos equivocados, de mis pulsiones inmaduras, y de mi neurosis ebulliscente.
De mi amnesia instantánea
De mi ceguera recurrente.
De mis calambres cardíacos.
De mi dolor físico por actos reflejos emocionalmente enraízados.
Para que sepas cuán podrido puedo estar cuando pierdo el juicio y me dejo llevar por la adicción que tengo de la boca que llevas bajo la nariz.
Descontrol. Te he mandado flores en un acto desesperado de descontrol.
Para solventar el camino a una pronta reconciliación. Para que las cosas vuelvan a ser, pero no como eran antes.
Te he mandado flores porque nadie puede verlas con desdén. Son un remedio infalible para ahuyentar los rencores, la falta de cordura, y para calentar el alma.
Te he mandado flores porque soy ridículo. Porque el desconcierto y la duda que sorprendió tu cara cuando las recibiste es mil veces mejor que un desaire de ojos que reptan hacia otro lado que no es en donde yo me encuentro.
Te he mandado flores porque me siento mal conmigo, pero aún me siento peor contigo.
Te he mandado flores porque me siento mal conmigo, pero aún me siento peor contigo.
Te ha mandado flores para recordarte que existo, y que nadie jamás va a volver a hacerlo.
Y por úlitmo: te he mandado flores para disculparme por lo que hice.
Aunque nadie habló jamás de arrepentimiento,
hubiera preferido no tener qué explicartelo...
pero vos me lo preguntaste:
"¿Qué fué lo de hoy?"
*Fotografía: Andrés Serrano "America" (Ken Cox set designer)

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