sábado, 1 de enero de 2011

Muerte y Resurección en un Abrir y Cerrar de Puertas


Recibí el año nuevo con champagne en un jacuzzi. Dejé a los muertos dormidos en el 2010 sin decirles adiós. Bah, que sí me despedí de ellos, pero mientras tenían la guardia baja, así que no se dieron cuenta cuando les besé la frente por última vez. Chau queridos, no me sirven más. Chau amados. La verdad es que me estorban. Me impiden seguir avanzando.

Mi fin/inicio de año estuvo a punto de ser drásticamente modificado por una eventualidad relacionada con un puerta cerrada que aparentemente no iba a poder abrirse. No pudo ser más metafórico. Yo avivaba las brasas del asado, tratando de no pensar en esa puerta cerrada. Algo tenía qué suceder. Era fin de año. Y era un pésimo augurio cerrarlo con una puerta ídem.

 Finalmente la puerta se abrió. Fue pocos minutos antes de que terminara el 2010. Yo mantuve la fe. Antes de aportar mi dosis de pesimismo y de generar un clima mala onda, decidí enfocarme en encender el fuego. Soy bueno encendiendo fuegos. Ayer lo descubrí.

Simbólicamente hablando, el hecho de poder abrir esa puerta para mí fue la representación del acceder, de tener la posibilidad y la capacidad de recibir todo lo que pudiera venir de hoy en adelante. Fue como poner las manos palmas arriba y dejar que sucediera lo que tuviera qué ser. Vaya que soy cursi, pero a estas alturas ya no puedo renegar de mi condición.
De ahí en más, no hubo sino cosas buenas durante toda la noche. Champagne y buenos deseos. Abrazos brasileños, abrazos argentinos. Mensajes de texto por doquier. Feliz año. Te quiero. Qué linda te ves de rojo. Qué linda te ves de blanco. Qué simpático el hincha de bahía. Gracias por enseñarme a bailar, soy pésimo con eso. Cachaza en el fogón para avivar la llama. Fotos por doquier. Espectáculo de fuegos pirotécnicos en todo el cielo. 2011. Buenos Aires. Reset con nostalgia previa. Incertidumbre de lo que pasa en adelante. Gritos, fanfarrias en el pecho.
Este año se viene la grande. Big Tsunami mezclándoseme piel dentro. Y piel afuera también. Porque en el fondo todos sabemos que nos va a ir mucho mejor esta vez. Y no porque nos haya ido mal el recién fallecido año, sino porque se siente. Se le nota en la cara a la gente cuando hablas con ella. Pareciera que todos son conscientes de que ya no queda mucho tiempo, y en vez de presionarse, solo quieren disfrutarlo. Me alegra porque es contagioso.
¿Más champagne? Sí, por favor. Que se me suban las burbujas. Ya hay demasiada efervescencia, pero no me importa. Quiero que esto explote. Quiero que todos ustedes exploten conmigo. Vengan a la terraza. El cielo está increíble. Che, brasilera, anda encendiendo el jacuzzi. ¿Vamos abajo? ¡Uy! No sabía que estaban a solas. Quédense tranquilos, que yo me voy para arriba.
¡¡Globos de Cantoya!! En ese departamento alguien está liberando globos de Cantoya. Mirá que lindos. Si gracias, ya me sirvo. No la conocía, ¿Cómo dices que se llama? Ah, de mandioca. Y, sabe buena, me ha gustado. Gracias por esta noche. Gracias de verdad… y más champagne, por favor…

No es que sea necesariamente cierto todo lo que voy a decir. Pero me gusta este final: Aún sigo sin acostumbrarme al blackout que me invade cuando rebaso algún específico límite etílico. Me siento completamente bien. Ebrio por supuesto, pero lúcido, coherente y feliz. Todavía no detecto la medida, pero existe un momento en el que desaparezco para convertirme en otra persona. De ahí en adelante, mi cabeza no recuerda nada. Y es extraño porque me comporto distinto, pero no mal, no incomodo, No mala copa. Más relajado, me dicen. No es que sea un desfachatado, pero ya me lo hizo notar la psicóloga. Hay una parte escondida de mí que solo sale cuando estoy con la guardia lo suficientemente baja como para darme cuenta. El tema es que mi memoria no lo registra.

Así las cosas, desperté solo, en calzoncillos, en una de las camas del departamento. Con un sabor amarguísimo de burbujas rancias, un dolor de cabeza fatal y el cabello húmedo, con un leve olor a cloro. Bonita manera de recibir el año. Mi primer blackout del 2011. Supongo que no va a ser el último.  Feliz año para todos  :)




Fotografía: David LaChapelle + Britanny Murphy


2 comentarios:

ninnip fluorescent dijo...

me gusta mucho lo que escribes!

polvo cosmico para ti...

No Afrodita dijo...

feliz black out!!!